lunes, 12 de septiembre de 2011

Hace mucho que no he vendido ni una nube. Ni siquiera yo, sola, me he atrevido a volar con alguna de ellas. Hace mucho que no me recuesto en el hombro de alguien ni hago bombas con un chicle. Hace mucho que no pego mis labios ni con el cristal. Hace mucho que no salvo una esperanza a la que le falta una pata. Hace mucho que quiero volar...
Ahora asquerosamente estoy inmersa con el escombro de los funcionarios, que como dice mi amigo Porter -funcionario también- disputada entre ellos, abriendose paso entre los resquisios de un sistema que poco o  nada respeta a las mujeres.
Con esa realidad tristemente regresé a mi casa. Pero más triste es aún escuchar la lluvia y no dejarme tocar por ella, porque mañana...hay que trabajar...
Pero hoy Dan me regaló un libro -y con él una sonrisa- para leer de noche y en curvas muy cerradas.

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