viernes, 15 de julio de 2011

Andén número cinco

Mis pasos caían agitados
chocando contra los pasillos
del andén número cinco,
fingiendo huir de tu mirada
que me comía los hombros.

¡No te vayas!
-dijiste-
y tu aliento sopló
salpicando mis cabellos
embarrados a mi cuello.

-Callaron-

Cayeron mis párpados.

¿El siguiente paso?
Sus
            pen
                        di
                                do


giró de repente



y tu mirada avellanaba
clavada en mi garganta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario